¿He de llevarlos siempre conmigo?
Depende. Lo primero y más importante es que el tamaño de los minerales te permita llevarlos cómodamente.
En segundo lugar, descarta todos los minerales que sean frágiles o se rompan fácilmente.
Y en tercer lugar, llévalos contigo si tiene algún sentido. A continuación te lo explico con más detalle.
¿Qué buscas en cada mineral?
Por ejemplo, si has elegido una selenita para que te aporte paz una vez llegues a casa, lo ideal sería que la dejaras en casa.
Si por el contrario, has elegido una turmalina para que te aporte protección en un ambiente laboral, aquí sí que tiene sentido que la lleves contigo.
¿Siempre ha de ser así?
¡No! Piensa que un mismo mineral lo puedes programar para distintas cosas, no a la vez, pero sí de forma consecutiva, de modo que quizás en algún momento quieres la selenita para que te aporte paz en casa y en otro momento, la quieras para que te aporte paz a lo largo del día o en el trabajo. Así que siempre dependerá de la intención o programación que le estés dando a cada mineral.